9 de septiembre de 2009

ACORTANDO LA VIDA...POR UN CAMINO

Son las cinco de la tarde, doña Emilia, mira su reloj, y se dispone a recoger sus cosas para retirarse a su casa, su jornada laboral ha terminado; “el camino a casa es largo, estoy cansada y se hace noche”, ella vive a un kilometro de la casa en la que trabaja haciendo las labores domesticas, y lo hace para sostener a su familia, prefiere caminar en la mañana para llegar al trabajo y nuevamente al salir, para retornar a su hogar “pues cualquier peso que me ahorre, sirve para algo más”.
Trabaja en una casa quinta con extensos jardines, piscina, y una casa muy grande, a pesar de eso el sueldo que recibe apenas le alcanza para sobrevivir, por eso para ahorrar tiempo y dinero, prefiere arriesgar su seguridad, e incluso la vida al cruzar la barranca que pasa cerca a su lugar de trabajo, la barranca es un río que la mayor parte del año tiene un caudal muy bajo, y que en la actualidad se encuentra completamente contaminado por desechos biológicos e industriales.
En las mañanas nunca la atraviesa sola, pues la mayoría de habitantes de la zona prefieren cruzar la barranca por ahorrar tiempo y camino, pues el paso que se diseño para llegar a esa calle implica darle la vuelta entera al sector, por esto las personas se arriesgan un poco pero llegan más rápido.
El verdadero problema resulta cuando empieza a caer la noche y Emilia sale de su trabajo y de nuevo pasa por la barranca, “algunas veces si me he llevado mis sustos, luego salen animales del monte, o luego uno no sabe quien lo puede estar esperando”. Por el sector la presencia de las autoridades es poca, y los rumores de asaltos y violaciones que han ocurrido en esa barranca se han incrementado en los últimos años.
La entrada del camino improvisado, por el que transita la gente, está llena de una hierba alto que no permite ver nada, al internarse en este monte, se camina sobre tierra resbaladiza, y se empieza a ver basura por el piso, después de varios pasos, se encuentra el río, con poco caudal pero con una gran fuerza en su corriente, el agua tiene muy mal olor, y es completamente turbia, inmediatamente se nota el alto grado de contaminación en la que se encuentra, ya que en las bajadas ay mucha espuma, entre  las raíces de los árboles se observa la basura enredada, que la corriente al aumentar con las lluvias lleva con fuerza, el agua fluye todo el tiempo, pero en las horas de intenso calor su olor se hace más penetrante y menos tolerable, desde que se interna uno en la barranca siente las picadas de los zancudos que abundan, porque esta agua se ha convertido en un criadero del mosquito transmisor del dengue, pese a esto es sorprendente como por ahorrarse unos minutos, las personas se arriesgan a pasar por allí. 
 
Hay que saltar entre las piedras y apoyarse en la basura acumulada para no mojarse, y hacerlo rápido para dejar circular a los demás, y permanecer el menor tiempo posible en este horrible lugar. Además de la exposición a residuos tóxicos, toda clase de insectos, perjudiciales para la salud, también están los riesgos de sufrir un robo, una violación o cualquier otro tipo de agresión ya que el lugar se presta para que los delincuentes se oculten, cometan sus actos de vandalismo y huyan sin ningún problema
Luego de estos minutos que transcurrieron lentamente pareciendo horas, para atravesar el río, se pasa otro pastizal y se sale a un callejón, desolado y oscuro, que comunica con la calle principal que permite continuar el rumbo, es así como Emilia, da gracias a Dios, porque hasta el momento no le ha sucedido nada, pero vive con la incertidumbre que día a día tiene que continuar con su travesía, pues ni las autoridades ni el gobierno intervienen para sellar definitivamente el paso o acondicionarlo apropiadamente para que lo puedan utilizar los habitantes, pero mientras se interesan por solucionar este conflicto apremiante para la comunidad, es muy alto el riesgo que se debe correr por ahorrar ya sea tiempo, dinero, o distancia.

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